Un tema sobre el que he pensado mucho para incluir en el
blog es el de los gimnasios. Estas instalaciones para hacer deporte bajo techo llegan a convertirse, para algunos, en su primera residencia.
En los últimos años se ha puesto de moda este nuevo concepto
de hacer ejercicio, tal vez acentuado por el éxito de algunas personas al haber
acudido a estos centros, tal vez por envidias, o tal vez simplemente porque no
nos guste el aire libre ¡qué sé yo!
Personalmente no estoy muy en sintonía con esta práctica. No
le veo mucho sentido excepto cuando es necesario para nuestra salud
(fortalecernos tras una lesión, necesidad de ganar masa etc). En el resto de
los casos me parece que la creciente afluencia a estos centros de deporte se
debe al culto al cuerpo y para dar envidia.
Como he dicho unas líneas más arriba, acudir al gimnasio
para recuperarte de una lesión por ejemplo es algo que sí me parece adecuado.
Muchas veces el trabajo en las máquinas de estos centros es lo más correcto. En
cambio, ir allí por placer me parece de gente que no se acepta a sí misma.
Personas que buscan muscularse (tonificarse creo que se dice ahí dentro) o
tener el torso más plano del mundo son, a mis ojos, personas que no se aceptan
en su condición natural. Aparte, también me disgustan los gimnasios por las
cosas que ves ¿o acaso soy el único que ha visto a gente levantar pesas
enfrente del espejo mientras se devora a sí mismo con los ojos? Me parece el
colmo del narcisismo.
Ni por asomo insinúo que el hacer ejercicio sea malo. Al
contrario. Yo soy muy fan del deporte. Simplemente
opino que éste, por raro que parezca, debe hacerse al aire libre. Me parece
ilógico que una persona salga de casa para hacer deporte y que se meta en un edificio.
Y más ilógico aún me resulta que la gente pague tal cantidad de dinero cuando
estar en forma es totalmente gratuito. Ridículo…Sé que ahí dentro se hace
ejercicio y que se requiere esfuerzo pero no me parece natural. Si quieres
correr ve al parque y no a la cinta andadora, si quieres hacer abdominales
hazlos en los aparatos que hay en los parques específicos para ello, no en el
suelo del gimnasio. Y así.
A mi entender, los gimnasios son un fiel reflejo de esta
sociedad consumista y materialista que da preferencia a las apariencias y a las
primeras impresiones antes que dedicar tiempo a conocer a la persona enclavada
bajo ese personaje que interpreta o atrapada bajo el sinfín de músculos
conseguidos para dar envidia a los demás y de los que, paradójicamente, no
puede escapar.
Queremos agrandar el
tamaño de nuestros brazos y descuidamos nuestro cerebro, que sin duda
encontrará mejores maneras de dar envidia a los demás, de ligar o de sentirse
bien con uno mismo.
¿Qué piensas tú de los gimnasios?
Ir al gimnasio es como ir a una biblioteca privada.
ResponderEliminarBrutal. Me parece que llevas toda la razón y me gustaría añadir: muchos de los que asisten a gimnasios lo hacen porque son sus ojos los peores jueces. No tienen forma alguna de quererse o levantarse la moral si no es "cachitas".
ResponderEliminarNo me interesa nadie a quien pueda gustar solo de un vistazo.
Toda la razon del mundo y mas si esta trabajado asi de bien. Enhorabuena y a seguir adelante con este proyecto
ResponderEliminar¡Genial entrada! Me ha gustado sobre todo la última frase "Queremos agrandar el tamaño de nuestros brazos y descuidamos nuestro cerebro, que sin duda encontrará mejores maneras de dar envidia a los demás, de ligar o de sentirse bien con uno mismo." Cuanta razón tienes.
ResponderEliminar