Hace unos pocos días asistí a un hecho insólito para mí. Era
domingo y cuando cogí el periódico El País de la mesa de mi salón no daba
crédito a lo que veía: la portada, que siempre la había visto blanca, había
sido cambiada a color azul. Mi primera impresión, en términos cromáticos, fue
positiva, pero cuando me fijé más detenidamente no podía creerlo. Volkswagen,
la famosa marca de coches alemana, había utilizado la mismísima portada del
periódico generalista español más vendido para publicitarse. Ya no lo típico de
copar las dos primeras hojas con un anuncio enorme, no. La portada fue cambiada
de color en honor a Volkswagen.
Lógicamente el culpable número uno de semejante insulto a la
independencia periodística es la persona del periódico (o de PRISA) que permitió
que esto sucediera. ¿Cómo poder tomar en serio a este periódico a partir de
ahora? ¿Por qué el que hasta hace no mucho era el referente periodístico número
uno tiene que humillarse de semejante manera? ¿Han contado con el apoyo, aunque
solo sea simbólico, de la redacción?
Estas dudas y otras muchas asaltaban mi cabeza a la par que
mi enfado crecía en intensidad. Le enseñé a mi familia el sacrilegio que veían
mis ojos sin que ellos le dieran la mayor importancia. “De algo tienen que
vivir” fue su respuesta. ¿Que de algo tienen que vivir? Pues claro que tienen
que vivir de algo: de hacer información veraz y creíble, de no sacrificar la
independencia y credibilidad del medio en el que están, de obtener exclusivas…
En definitiva tienen que vivir del periodismo, ya sean redactores, columnistas
o directivos, no de la publicidad. No deben manchar el nombre del buen
periodismo con semejantes estupideces, por el amor de Dios.
¿Acaso alguien cree que El País dirá algo negativo ahora de
Volkswagen? Poneos en la siguiente situación: un periodista descubre que Volkswagen
no cumple las medidas mínimas de seguridad en sus fábricas. Dicho periodista
corre frenético una vez ha contrastado el descubrimiento a escribir la noticia
cuando aparece el director de turno para decirle que no, que El País no puede
dañar a uno de sus mayores anunciantes y
que esta noticia no la van a publicar. A los dos días Diagonal, Infolibre o La Marea (ejemplos de nuevos
periódicos de momento independientes) destapan el caso, quintuplican sus ventas
y su prestigio alcanza cotas no vistas en mucho tiempo en el panorama de los
medios de comunicación. ¿Imagináis la terrible pérdida económica, de
credibilidad y de influencia que sufre El País?
El periodismo no puede casarse con nadie. ¿La publicidad?
Sí, está bien, es necesaria para mantener a flote un periódico. ¿Conlleva eso
que no puedes denunciar a tus anunciantes si hacen algo malo? Para nada. Y si
el anunciante se ofende y se quiere ir, puerta. La credibilidad ganada por el
periódico por no ocultar lo que descubre le hará ganar más anunciantes y,
seguramente, más honrados, pues estarán prevenidos.
Por lo que me demostró el otro día el periódico El País no
creo que sea, ni de lejos, un periódico independiente. No entro ya a valorar la
situación de PRISA, su empresa editora. No, me refiero exclusivamente a El
País. Con este tipo de actos como es el de subastar tu portada de un domingo
(no sé si sois conscientes de lo que implica la portada del domingo de un
periódico) el periodismo cae poco a poco y día a día en el descrédito. Estamos
en crisis no solo económica sino también en el periodismo, no nos disparemos
más a los pies ¡carajo!
Y tú ¿Crees que la independencia de los periódicos peligra con estos actos?
Y la publicidad es solo lo que vemos, pero no sabemos qué bancos financian qué cosas o perdonan no se qué deudas y gobiernos que permiten o no ciertas publicaciones.... y repito la publicidad es solo que vemos.
ResponderEliminarPues me parece algo bastante vergonzoso, pero en este pais todo funciona asi. No obstante, la corrupcion y la maldad, estan condenadas a desaparecer, y llegara el dia en el que, durante algun tiempo, gocemos de buenos periodicos (asi funcionan las cosas en nuestro pais, a periodos de gran bonanza, se suceden otros de vileza sin limites, desde el albor de los tiempos)
ResponderEliminarA mí me parece que el color de la portada es lo de menos. Por poner un ejemplo, nunca la han puesto de color rojo pero está claro que no van a ir contra el Santander. Sólo es un detalle más
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