Después de meses preparándose, Miguel Ranz llega a los días de la esperada prueba. Esta segunda e intermedia parte de la entrevista trata sobre la llegada a Lanzarote, los días previos, sus acompañantes y, como no, la prueba. Aquí se pueden ver imágenes del desafío y también un vídeo relacionado. Lo dicho: la prueba.
Bueno, después de la
preparación llegas a Lanzarote ¿Cómo te lo montas?
Pues llegamos allí el miércoles 2 de octubre…
¿Llegamos?
Sí, fui con mi hermana y un amigo, que han sido un apoyo
esencial. Llegamos, como te decía, el día 2 [la prueba era el día 5]. Lo
primero que hacemos es recoger las bicicletas, porque las teníamos alquiladas.
¿Te lo ofrece la
organización lo de las bicicletas o te tienes que buscar tú la vida?
No, te tienes que buscar la vida. Bueno, si estás alojado en
el Club La Santa,
que es quien organiza la prueba, la puedes alquilar allí. Como nosotros no
estábamos allí alojados pues tuvimos que recurrir a otras empresas que se
dedican a ello, puesto que la prueba del Iron Man está muy implantada en la
isla. Alquilé una bici de gama media y fuimos a por ella el día 2 y después a
probarla, en el mismo día, para ir habituándome
¿Hiciste preparación especial en base a las condiciones especiales de la isla que habías comentado antes?
No, simplemente entrené.
El día 3 subimos al Tabayesco, que es el punto más difícil
de la prueba de la bicicleta porque es un puerto con 13 km de subida al 5% de
pendiente media. Se hace duro puesto que es un puerto largo. Eso sí, nos vino
muy bien porque en ese puerto hay un momento que crees que has acabado, pero al
girar una curva descubres que aún te queda la mitad. Entonces ya sabía lo que
me esperaba. Después de eso, por la tarde, me fui a nadar con el neopreno, que
es una prenda que viene bien porque guarda el calor y te permite nadar mucho
mejor
Así pues al día
siguiente de llegar todo entrenamiento y después…
Nada de nada. El viernes 4 fue de relax: paseo, beber mucha
agua, estirar… Ese día tienes que entregar la bicicleta para que la revisen los
árbitros, vas a una charla donde te informan de la prueba, comienza a generarse
mucho ambiente deportivo en el Club La
Santa…
¿Tu hermana y tu
amigo qué hacen mientras? ¿Cómo te ayudan?
Los acompañantes generalmente están al loro de las cosas de
las que tendrías que darte cuenta pero que no te das. Recordarte que vayas
bebiendo, que compruebes las bolsas por si lo llevas todo, te ajustan la bici…
Como tú ya vas centrado en la prueba es importante tener gente a tu lado para
ayudarte con este tipo de cosas. Casi todo el mundo va con acompañante, además
¿Evitan además que
‘no se te vaya la olla’?
Por supuesto. Horas antes, si no has hecho nunca esta
prueba, pues te entra el miedo. Miedo a que el cuerpo no reaccione, a no poder…
Yo llegué a bloquearme la noche de antes hasta el punto de despertar a mi
hermana un montón de veces diciéndola que no lo iba a conseguir, que era súper
difícil…Es una reacción normal, el cuerpo humano es consciente de que le vas a
exigir un gran esfuerzo y reaccionas de esta manera. Mi hermana me tranquilizó
diciéndome que solo tenía que hacer lo que había hecho durante los pasados seis
meses. Luego cuando al día siguiente estaba ya con el neopreno, dentro del
agua, calentando… pues dejé ese miedo atrás
¿Son los momentos
previos lo peor?
Sí.
Me comentaste que
viste en Lanzarote a Valentí Sanjuan y que hablaste con él ¿Qué te dijo?
Bueno, Valentí Sanjuan, para quien no lo conozca, es un
presentador de TV, cómico y deportista catalán. Es una persona que es muy
agradable al trato y bueno este hombre se preparó un Iron Man en 6 semanas sin
haber nadado ni montado en bici antes, aunque ya había corrido anteriormente.
Sube muchos vídeos a Internet con sus experiencias y la verdad es que es un
ejemplo de superación. Entonces a la gente que se presenta y ve sus vídeos y
comprueba que una persona como él disfruta haciendo estas cosas pues le anima a
intentarlo también, como en mi caso. Él estaba allí ese día porque su hermana
se presentaba al Iron Man 70.3 y pudimos hablar con ellos. Me marcó una frase
que me dijo, que fue: “para poder disfrutar hay que aprender a sufrir”. Cuando
me dijo eso me tranquilizó porque, claro, que te diga eso una persona que se ha
acabado un Iron Man y un Ultra Man pues ayuda. Entre los participantes, seas o
no famoso, se genera una especie de unión durante la carrera, se animan unos a
otros, la isla de Lanzarote se vuelca con la prueba… Se agradece mucho ir con
la bici y que haya alguien que te aplauda y te anime.
Volviendo a lo de Valentí, es una persona súper accesible,
no se lo tiene creído a pesar de estar en el club de Josef Ajram y de haberse
presentado a grandes retos y, en mi caso, me ayudó mucho con esa pequeña
charla. Recomiendo verdaderamente sus vídeos.
Bueno, entonces
vuelves al hotel, estás de los nervios…
No estoy en un hotel, ¿eh? Estuve en casa de unos amigos. La
verdad es que comimos mejor que si hubiéramos estado en un hotel y descansé
más, puesto que descansar en una casa es mejor que descansar en un hotel.
¿A qué hora te
acostaste la víspera?
Pues creo que a las 22’00 ya estaba acostado. La carrera
empezaba a las 8’00 pero a las 5’30 – 6’00 ya estaba levantado, pues hay que
desayunar dos horas antes para que esté asimilado todo lo que comas y no
vomites mientras nadas.
Sí, bueno, no exactamente abandonar pero tú llevas la
situación hasta el punto de plantearte el abandono y si el que te está escuchando te dice que vale,
que lo dejáis, es ahí cuando no estás de acuerdo, porque si ya estás allí es
tontería no intentarlo siquiera. Además, mis amigos me hicieron un vídeo
motivador, que me ayudó a liberar nervios y me permitió llegar casi tranquilo
al comienzo.
¿Cuándo ves el vídeo
que sientes?
Pues lo primero que te sientes es querido y sientes que
tienes mucha gente detrás. Igual tú pones las piernas pero ellos ponen el
corazón. Y sobre todo, me permitió soltar todos los nervios acumulados durante
días.
¿A qué horas llegas a
dónde se celebra la prueba de natación?
Bueno, llegamos al Club La Santa, que es donde está todo, con las bicicletas
preparadas, está todo montado… Llegamos a las 7’00 y damos un paseo tranquilo.
Empieza a haber ambiente y sobre las 7’30 me cambio y bajo a calentar a la
laguna, que es donde se hace la prueba. La laguna es de agua salada, pues se
filtra el agua del mar, pero tiene un dique, por lo que no estás en mar
abierto, que sería más difícil a causa de las corrientes. Las playas del norte
de la isla son más de surferos, por la gran cantidad de olas provocadas por el
intenso viento. Allí no se puede realizar esta prueba, por lo que la hacemos en
esa laguna.
La prueba comienza a
las 8’00 entonces.
Sí, la prueba empieza a las 8’00. Primero van los
profesionales, luego los paralímpicos y luego ya el resto por grupos de edad. A
la hora de las clasificaciones finales va por grupos de edad aunque yo considero que en estas pruebas no
compites contra los demás, sino contra ti mismo. Lógicamente hablo de
los ‘amateurs’. Los profesionales es normal que compitan pues es su forma de
ganarse la vida, pero mi objetivo era ser finisher.
Si luego hago buen tiempo pues mira, bienvenido, pero no era la meta. Creo
además que lo que hay que hacer también es divertirse. Yo disfruté mucho la
prueba hasta más o menos el km 14 de la prueba de correr, que es cuando me dio
el bajón físico. Después de tantas horas necesitaba andar un poco, así que me
puse a andar unos cinco minutos y volví a correr.
Cuéntanos como fue la
prueba de natación
Pues muy bien porque era quizá lo que peor llevaba y fue al
final lo que se me dio mejor. Cinco minutos antes de salir estaba charlando con
mi amigo y mi hermana y el plan era salir de los últimos para evitar golpes o
empujones. En la primera boya que estaba a unos 650 metros
aproximadamente había que girar por dentro. El grupo después se fue haciendo
largo y grande, cada uno iba haciendo su distancia y la verdad es que me fue
muy bien. Hice un tiempo de 34 minutos y salí con un subidón para afrontar la
prueba de bicicleta grande.
¿No molestan los
demás a la hora de nadar?
Sí, claro. Tanta gente nadando a la vez por el mismo sitio
pues molesta. Lo que pasa es que la gente va calculando y a los diez minutos
más o menos cada uno tiene su hueco y esos huecos se respetan.
Sales del agua muy
motivado pues…
Sí, sí. Salí muy crecido y nada, bebí agua, me duché rápido,
me cambié con tranquilidad y me puse crema solar. Las transiciones en las
pruebas vienen bien para tomar aire, aunque haya gente que no pierda mucho
tiempo en esos momentos.
Y comienzas la prueba
ciclista. ¿Cómo es?
Así es. La prueba ciclista se desarrolla en la parte norte
de la isla, donde sopla el viento. Un viento que inexplicablemente siempre
sopla de cara [risas]. Cometimos un error pues pensamos que a la salida de la
prueba de natación habría bidones y resultó que no los daban hasta el kilómetro
22. Al estar aún amaneciendo lo pude soportar bien. Durante la prueba pasas por
diferentes pueblos, además la carretera no está cortada por lo que los coches
circulan como lo harían un día normal y hay que ir con cuidado. Yo sabía qué
ritmo tenía que llevar con la bici, así que no sufrí un gran desgaste. Había
momentos en que pude ir a un ritmo más elevado del que me había marcado pero no
lo hice, pues vete tú a saber lo que pasa luego más adelante tras haber ido con
la bici a un ritmo más elevado del planeado. Preferí pecar de precavido.
¿En cuánto tiempo
completaste la prueba de la bici?
La hice en cuatro horas. Fue muy curioso porque en los
últimos diez kilómetros [de los 90 que tenía la prueba] la gente ya no se
adelanta, intentas estirar las piernas… En fin, los participantes se van
preparando para correr
¿Hubo algún momento
crítico en esta parte del desafío?
Sí, en la segunda hora dejé de asumir las bebidas
energéticas. Mi estómago dijo que nada más. Tenía planificado comer cada media
hora y beber cada quince minutos
Todo esto, claro, por
lo que leíste y demás ¿no?
Sí, gente que se dedica al deporte que pone en blogs
información como ésa. Yo leí consejos en varias fuentes y a partir de ahí, según
fui probando, los adapté a mi cuerpo y a mis necesidades. Tenía barritas
energéticas, caramelos, chicles… Cosas azucaradas, vamos, y me fue bien hasta
que por lo que sea me pasó eso. Dejé de tomar las bebidas energéticas y las
barritas y a partir de ahí me dediqué a beber agua, Coca Cola y Red Bull
diluido con agua. Respecto a la comida pues en los puestos de avituallamiento
comí mucha fruta y la verdad es que ayuda mucho
¿Tus acompañantes te
seguían en cada momento?
Sí. En principio no te pueden seguir detrás ni nada por el
estilo así que me adelantaban cada quince kilómetros, me esperaban, me animaban
y así sucesivamente. Me esperaban sobre todo en los puestos de avituallamiento
porque es más fácil estacionar.
¿Te viene bien ver
esas caras conocidas?
Desde luego. Te viene perfecto.
Y mientras estás
haciendo la prueba ¿En qué piensas? ¿Estás concentrado en la carrera o estás a otras cosas?
Vas concentrado en la carrera, en la gente que te apoya…
Pero sí que es verdad que llega un momento en el que vas en una nube. A día de
hoy que ya lo he completado [esta conversación tuvo lugar una semana después de la prueba] hay cosas que
quizá no me creo que haya hecho, que haya completado la prueba. Es como si lo
hubiese soñado. El cuerpo humano es
así de especial que te impulsa adelante, a no parar. Eso es en lo que
piensas, básicamente. Hombre, luego al final ya te vas animando mentalmente, te
automotivas. Esta prueba tiene un alto contenido psicológico, y si tienes una
buena cabeza la acabas aunque estés muerto físicamente.
Una vez acabada la
bicicleta empieza la última parte, la de correr ¿Cómo es?
Pues son 3 vueltas a un circuito de 7 km. En la primera vuelta
bien pero en la segunda tengo el bajón. Al ser un circuito, al empezar la
segunda vuelta y conocer ya las referencias pues me dio un bajón porque sabía
lo que me esperaba. Además no me tomé un gel al principio y cuando lo hice ya
era un poco tarde. Tomé la decisión de que en las subidas que tenía el circuito
no iba a correr pero que sí lo iba a hacer en las bajadas y en los llanos. En
la tercera vuelta ya volví a un ritmo normal, a recuperarme.
Cuando haces la parte de correr te tienes que marcar
objetivos pequeños, es decir, correr hasta tal punto y un pequeño descanso o
correr hasta tal punto de avituallamiento y refrescarme. Ese tipo de cosas.
Mientras haces la prueba, además, ves que a la gente le dan tirones, que no
pueden más y se hace más duro.
Te da el bajón en el
kilómetro 14. ¿Piensas en abandonar?
No, para nada. Tenía un buen colchón de tiempo y sabía que
si hacía falta me daba tiempo a terminar dentro del límite [el tiempo límite son 8 horas y 30 minutos] andando.
¿Cómo te espoleas a
ti mismo en ese crítico momento?
Pues con mucha tranquilidad. Sabía que tenía tiempo de
sobra, sabía lo que me pasaba y sabía cómo conseguir ese extra de energía para
conseguir acabar los 7 km
que faltaban. Cada paso que daba era
un paso menos que me quedaba. La clave era no parar. Hay una frase que
dice lo siguiente: “si pienso en parar, dejo de pensar”. No barajas como opción
el abandonar, pero no solo yo, sino también el resto de la gente. Quedando tan
poco para acabar no se piensa en abandonar. Me dio rabia porque esta era en
teoría la prueba que mejor llevaba porque llevo corriendo mucho tiempo pero
bueno, el desafío es así y hay que aceptarlo. Para la próxima vez, porque habrá
próxima vez, trataré de llegar más entero.
Cuando estás en la
última vuelta ¿Cómo son los últimos metros?
Bueno, pues en los últimos metros entras en el estadio de La Santa, que es una pista de
atletismo y nada, ese tramo es muy corto
Y al ver la meta…
¿Qué piensas?
Pues llevas pulseras de colores en el brazo que indican la
vuelta en la que estás, así que la gente que te ve pasar y ve que ya tienes las
tres pulseras te anima más. Los voluntarios que están allí también te animan,
lo cual se agradece mucho porque te apoyan aunque seas el peor de todos. Al
verte con las tres pulseras te abren la puerta para enfilar la recta final. En
ese punto mi amigo Jose me estaba esperando, paré, nos abrazamos y como no le
dejaban acompañarme pues hice los últimos 50 metros corriendo.
Lo típico: “pues ya está” [risas].
Ósea que no hay
redoble de tambores ni música heroica
No [risas] vas tan cansado que no te enteras de nada… Te
haces las últimas fotos, entras en la zona de atletas, sueltas algunas
lágrimas…
Eso te iba a
preguntar ¿Lloraste mucho?
Sí que lloré. No tenía muchas fuerzas para ello pero algunas
lágrimas cayeron, sí. Después de las fotos vas a recuperar, te dan una pulsera
de todo incluido por haber acabado y te vas al bar a beber y tomar cosas para
recuperar. A la media hora me sentía bastante recuperado, la verdad, y fui a
recoger el polo de finisher, mi resultado final…
¿A qué hora acabaste?
Pues creo que sobre las 15’00, con todo el calor [risas].
Fui más tarde a recoger la bicicleta, la bolsa con mi ropa y es ahí donde te
sientes atleta de verdad porque mi hermana y mi amigo cargaron con todas mis
cosas [risas] y nada luego empieza el proceso de felicitaciones: te llaman, te
escriben… Esas cosas
¿Después de eso qué?
¿Vas a dormir a casa?
No, fuimos a comer sobre las 17’00 sin atiborrarme porque no
pude y…
A dormir
Pues no. Es curioso porque estaba con tal subidón que me era
imposible dormir. Rememoré la carrera con mi hermana y mi amigo, las anécdotas
y tal y no dormí hasta por la noche.
¿No hubo fiesta por
la noche?
No, que va. Salimos un ratito, me tomé una cerveza después
de mucho tiempo y una pizza de estas grasientas que me apetecía mucho, me pesé
(había perdido 4 kilos) y poco más.
Los días de después
que estuviste allí ¿Te dio algún bajón físico?
Bueno, al día siguiente notas tirones y tal pero nada
excesivo. Salí con la bicicleta con mi amigo a dar un paseo porque es bueno
hacer deporte al día siguiente de hacer un gran esfuerzo y luego un poco de
playa.
Entonces la
preparación fue muy buena pues al no sufrir mucho al día siguiente…
Sí, bueno, como enfoqué mi preparación en la resistencia, en
hacer mucho ejercicio pues se notó.
Aquí termina la segunda parte de la entrevista. Habrá una tercera y pequeña parte final donde Miguel reflexiona sobre la importancia que ha tenido para él la prueba y sobre el futuro.
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